Este episodio de CS el primero de un par de repasos para resumir hasta donde hemos llegado que haremos. Mi plan es continuar como lo hemos hecho, haciendo una pausa de vez en cuando en un episodio para ponernos al día resumiendo rápidamente todo lo que hemos cubierto hasta ahora.
Mi esperanza es evitar el problema común de que, “No puedo ver el bosque por todos los árboles”. Para aquellos oyentes que no han escuchado esa frase, es un modismo que se usa en ingles y significa la pérdida de perspectiva detrás de demasiados detalles.
Aunque quiero dar una narrativa clara y directa en nuestro relato de la historia de la Iglesia, no podemos evitar estar rebotando entre tiempos y lugares. Esto viene naturalmente al tratar de examinar toda la historia de la iglesia, en lugar de cómo siguió su curso en un solo lugar. Aún así, espero construir un sentido básico del flujo histórico. Con ese fin, me parece apropiado que nos detengamos de vez en cuando para dar un paso atrás y proporcionar un resumen rápido del material que hemos cubierto hasta ahora.
Los vistazos generales no tendrán los detalles como en un episodio regular, pero tendrán muchos más nombres y fechas ya que es una recolección de lo que hemos cubierto los últimos episodios.
Bueno, aquí vamos con nuestro primer Resumen General . . .
Mientras que la Fe Cristiana comenzó con una secta excesivamente pequeña dentro del Judaísmo del 1º siglo, creció rápidamente, primero entre los Judíos, luego entre los Gentiles. Este crecimiento puede atribuirse a dos causas principales. En primer lugar, fue la prevalente condición espiritual letárgica del mundo antiguo, especialmente en aquellas regiones dominadas por el Imperio Romano. Varios factores conspiraron para que la gente estuviera lista para aceptar el mensaje que el Evangelio proclamó. En segundo lugar, fue la dinámica espiritual proporcionada por los primeros seguidores de Jesús. Demostraron un estilo de vida excepcional que atraía a los demás. Aun cuando Roma siguió una política oficial de oposición a la Fe, el número de creyentes creció.
El Cristianismo Primitivo está dividido por historiadores en 2 períodos: el Apostólico y Pos apostólico.
El Apostólico dura desde mediados del 1º siglo hasta principios del 2º, cuando murieron los últimos de los Padres Apostólicos. Los Padres Apostólicos son contados no sólo como discípulos originales de Jesús y los que vivieron en ese mismo tiempo, sino también sus seguidores directos; hombres como Clemente de Roma, Ignacio de Antioquía y Policarpo.
El período Pos-Apostólico se extiende desde principios del 2º siglo hasta principios del 4º. Durante este tiempo, el liderazgo de la iglesia pasó de la dependencia directa de los Padres Apostólicos a líderes eclesiásticos locales, conocidos como pastores. A medida que pasaban las décadas, estos pastores locales se transformaron en obispos que supervisaban una creciente estructura episcopal.
Este período estuvo marcado por la persecución episódica y regional de los Cristianos en tierras Romanas. No fue hasta mediados y finales del 3º siglo que la persecución se convirtió en una política generalizada. Terminó con la llegada del Emperador Constantino y el Edicto de Milán en el año 313. Los nombres asociados con esta época son Ireneo, Justino Mártir, Tertuliano, Origen.
Además de la persecución, el desafío principal al que se enfrentó la iglesia Pos-Apostólica fue por la presencia de la herejía.
Los primeros cristianos siguieron el llamado repetido del Nuevo Testamento por mantener una creencia correcta y refutar las enseñanzas falsa. La Fe no eran sólo las divagaciones filosóficas de un sabio que había estado demasiado tiempo bajo el sol. Estaba conectado con eventos históricos tanto antiguos como recientes. Cuando los maestros aberrantes intentaron secuestrar las doctrinas básicas y esenciales, los obispos se reunieron para estudiar lo que decían sus Escrituras y llegar a un consenso. De esta manera refutaron el desafío de tales grupos y las enseñanzas como el Docetismo y su siguiente encarnación, el Gnosticismo. Rechazaban al Marcionismo, los Ebionitas, Maniquistas y la enseñanza aberrante de Montano. La mayor amenaza surgió de un obispo llamado Arrió que negó la deidad de Jesús. Aunque el Arrianismo fue oficialmente vencido en el Primero de los Grande o lo que se llaman Consejos Ecuménicos celebrados en Nicea en el año 325, continuó siendo defendido en muchas regiones por el próximo siglo y medio. El Concilio de Nicea establece la posición Cristiana Ortodoxa hoy conocida como Trinitarismo, que sostiene que Dios es uno en esencia mientras que tres en personas. Mientras que 300 obispos firmaron el Credo de Nicea, muchos de ellos se fueron inquietos del Concilio sin resolver el tema de la terminología utilizada en el Credo para definir el punto de vista correcto de Dios. La tarea de afilar los términos y llegar a la descripción adecuada de la doctrina bíblica de la Trinidad fue dejada a los Padres Capadocios algún tiempo después.
El período Pos-Apostólico es también cuando los Padres de la Iglesia se dieron cuenta de la necesidad de proporcionar una lista definitiva de libros que componían la Biblia. El trabajo de varios consejos finalmente cerró el Canon durante este tiempo.
El período Pos-Apostólico fue seguido por lo que a menudo se llama Cristianismo Católico; no debe confundirse con Católico Romano. El término “católico” significa universal y contrasta con los muchos desafíos doctrinales a menudo sutiles que surgieron tras el Concilio de Nicea. Este período, que se extendió desde principios del 4º siglo hasta finales del 5º, se convocaron 7 grandes Consejos de la Iglesia que se reunieron para abordar algún desafío nuevo o renovado a la ortodoxia, específicamente en lo que se refería al problema teológico que el Primer Concilio de Nicea abrió, y tal vez deberíamos decir, trataron de cerrar. Ustedes ven, una vez que la Iglesia se estableció en la Trinidad como el camino correcto para entender a Dios, las preguntas principales fueron;
1) ¿Cómo se relacionan las personas de la deidad entre sí?
2) ¿Cómo debemos entender a la persona de Jesús? ¿Cómo reconciliamos que es Dios y es Hombre?
Este segundo tema terminó en peleas a veces sangrientas, ya que los defensores de diferentes posiciones utilizaron el debate para asegurar el favor político y el prestigio religioso.
Durante este período del Cristianismo Católico, 4 ciudades se levantaron como centros importantes del mundo cristiano; Roma, Alejandría, Antioquía, y la nueva capital del Imperio, Constantinopla. Alejandría, Antioquía y Constantinopla estaban en el Oriente, mientras que Roma estaba sola en Occidente. La principal contienda por el prestigio y el poder fue entre Alejandría y Antioquía, que utilizaban 2 formas diferentes de interpretar las Escrituras y entender la Persona y Naturaleza de Cristo. Alejandría tenía una larga reputación como un centro de Enseñanza, pero Antioquía continuamente producía excelentes predicadores. Dado que la Iglesia en Constantinopla, al estar cerca del palacio real, era la iglesia principal en términos de asegurar el favor imperial, el que era el obispo allí tenía asegurado el favor de su lado del debate. Esto enfureció a muchos de los obispos de Alejandría porque Antioquía seguía proporcionando nuevos líderes para la Iglesia en Constantinopla. El ejemplo supremo de todo esto es la pelea verbal y a veces física que tuvo lugar entre Cirilo de Alejandría y Nestóreo de Antioquía, que se convirtió en obispo en Constantinopla.
Fue durante este tiempo también que la Iglesia en Roma surgió para convertirse en, no sólo en la iglesia principal en el Occidente, pero en todo el Imperio. Una de las razones de esto fue el excelente liderazgo que generalmente proporcionaban los Obispos Romanos. Cuando las iglesias Orientales estaban azotadas por el debate, Roma a menudo jugaba una influencia mediadora o prestaba una perspectiva que resolvía el problema.
Lo que alentó el surgimiento de Roma como la iglesia principal en la Fe fue la afirmación de algunos obispos Romanos de que ellos eran herederos espirituales de la autoridad espiritual de Pedro. Esa afirmación no estuvo exenta de considerables argumentos por parte de muchos, pero finalmente resultó lo suficientemente persuasiva para que Roma recibiera un honor implícito, si no absoluto como la iglesia principal.
Una vez más, fue durante esta época que se convocaron los Consejos Ecuménicos. Se preocupaban en gran medida por resolver las disputas Cristológicas que desgarraban a la Iglesia. El Primer Concilio de Nicea en el año 325 y el Primer Concilio de Constantinopla en el año 381 condenó al Arrianismo. El Concilio de Éfeso en el año 431 condenó el Nestorianismo y afirmó a María como Theotokos; que significa la “Madre de Dios”.
El Concilio de Calcedonia sólo 20 años después afirmó que Cristo tenía dos naturalezas; Era plenamente Dios y plenamente hombre, pero era una sola persona. Condenó específicamente al Monofisismo, la creencia de que la naturaleza divina de Jesús abrumó totalmente su naturaleza humana. Después de Calcedonia, varios grupos rompieron con los ortodoxos, o lo que llamaríamos en esta época, la posición Católica; otra ves, no es Católica Romana. Los términos simplemente significan lo que fue la posición aceptada de la Iglesia y las iglesias del mundo Romano. Las iglesias de Egipto, con su sede en Alejandría eran mas Monofisitas, mientras que las iglesias que se trasladaba hacia el Oriente seguían una visión distorsionada de las enseñanzas de Nestóreo y comenzaron a adoptar la idea de que Jesús no sólo era de dos naturalezas, pero era dos personas en un solo cuerpo. Como hemos visto en episodios anteriores, es poco probable que el propio Nestóreo creyera eso, aunque sus oponentes afirmaban que lo hizo, y sus seguidores posteriores al parecer se movieron en esa dirección.
Uno de los acontecimientos más significativos de este período ocurrió a finales de Febrero del año 380. El emperador Teodosio I firmó el Edicto de Tesalónica que hizo al Cristianismo Católico y Trinitario la religión oficial del Imperio Romano. Antes de esto, los Emperadores Constantito II y Valen favorecieron una idea Arriana de la Fe. Teodosio I declaró el Trinitarismo del Credo de Nicea como la posición permanente del Imperio. Mientras que esto iba a traer todo tipo de problemas asociados con hacer al Cristianismo en la religión del Estado, lo que aseguró que realmente le iría mal fue que Teodosio fue más allá y en efecto prohibió la incredulidad; cualquier creencia que no era el Cristianismo Católico se consideró herético. ¡Los herejes no sólo fueron sacados de la Iglesia, fueron puestos fuera de la vida!
No tomo mucho tiempo para que la Iglesia usara la estructura organizacional del Imperio, adoptando divisiones geográficas similares. Incluso mantuvieron el antiguo nombre imperial: la Diócesis. Los Obispos supervisaban las diversas diócesis. La casa del obispo era conocida como su iglesia titular o sede.
Retrocediendo un poco, cuando los cristianos estaban siendo perseguidos durante el 2º y 3º siglos en el Occidente, muchos de ellos huyeron en busca de refugio hacia el Este y el Imperio Sasánida, el enemigo de antiguo de Roma. Aunque los Sasánidas eran Zoroastrianos, dieron la bienvenida a los cristianos porque, ya sabes, el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
Cuando Roma se convirtió en un Estado Cristiano, los Sasánidas temían que los cristianos se convirtieran en una especie de espías religiosos y comenzaron a perseguirlos. La vibrante Iglesia Persa fue arrasada y muchos de estos Cristianos Orientales huyeron aún más al Este, convirtiéndose en lo que hoy se conoce como la Iglesia del Oriente.
Como hemos visto en episodios recientes, el Monasticismo se convirtió en una característica principal del cristianismo durante la época del Cristianismo Católico, y continuó durante siglos después en la Edad Media.
Aunque hay docenas de nombres asociados con este tiempo, limitaremos nuestra lista a unos pocos mientras terminamos este episodio.
Están los Padres Capadocios: Basilio el Grande, su hermano Gregorio de Nisa y su amigo, Gregorio de Nacianceno.
También están los Papas Dámaso I y Leó el Grande.
Hemos mencionado a Cirilo de Alejandría y su némesis, el excomulgado y desterrado Nestóreo.
Está el asombrosamente talentoso Obispo de Milán, Ambrosio y su estudiante que finalmente superó a su maestro: Agustín.
Este es el tiempo de Jerónimo y el predicador de la lengua dorada, Crisóstomo.
Es la época de Atila el Huno y Alarico cuyos Godos saquearon Roma.
Es la edad de los Vándalos que fueron tan terribles que le dieron nombre al mal comportamiento.
Este es también el tiempo de un personaje muy interesante cuya vida se ha convertido en una cosa de leyenda – Patricio de Irlanda. Lo veremos en un episodio muy pronto.
La Era del Cristianismo Católico termina a finales del 5º siglo con la Caída del Imperio Romano Occidental. Esta es, por supuesto, una línea arbitraria que marcamos, especialmente cuando consideramos que el Imperio Oriental se vio a sí mismo como la continuación del Imperio durante otros mil años.
Pero la mayoría de los historiadores ven la Caída del Imperio Romano Occidental como un acontecimiento trascendental que golpeo a la mentalidad europea y que tardó siglos en recuperarse. Así, que el período entre el Imperio Romano y la Era Moderna se llama la Edad Media. Y aunque ha estado de moda durante mucho tiempo, en la idea popular de la historia, de ver la Edad Media como una era Oscura y un largo tramo cuando no pasó nada de mucha importancia, el estudiante más astuto sabe que la Edad Media fue una época de increíble desarrollo.