El título de este episodio es, “¿Porque no podemos llevarnos bien?”
En nuestro último episodio comenzamos a mirar cómo la Iglesia del 4º y 5º siglo intentó describir la Encarnación. Una vez que el concilio de Nicea afirmó la deidad de Jesús, junto con su humanidad, los líderes de la Iglesia se quedaron con la tarea de encontrar las palabras adecuadas para describir quién era Jesús. Si él era Dios y Hombre, como el Credo Nicea decía, ¿cómo se relacionaban estas dos naturalezas una con la otra?
Hemos estudiado cómo las iglesias de Alejandría y Antioquía eran diferentes en sus enfoques en como comprender y enseñar la Biblia. Aunque Alejandría era reconocida como un centro de enseñanza, la iglesia en Antioquía seguía produciendo líderes de la iglesia que fueron llamados a tomar la posición tan importante de Obispo de Constantinopla, en el centro político del Imperio de Oriente. Mientras que Roma era indiscutiblemente la iglesia principal en el Oeste, Alejandría, Antioquía y Constantinopla competían entre sí sobre quién tomaría la iniciativa en el Oriente. Pero la verdadera contienda era entre Alejandría en Egipto y Antioquía de Siria.
La disputa entre las dos ciudades y sus iglesias se hizo evidente durante la época de Juan Crisóstomo de Antioquía y Teófilo, Obispo principal de Alejandría. Por la gran reputación de Juan como un predicador fenomenal, fue escogido para ser Obispo en Constantinopla. Pero las críticas de Juan hacia la decadencia de los ricos, junto con que se rehusaba a moderar sus llamadas de atención hacia las acciones de la Emperatriz, lo hizo caer fuera de favor. Supongo que puedes ser un gran predicador, tanto que no enfoques tu predicación hacia las personas en el poder. Teófilo estaba celoso de la promoción de Crisóstomo de Antioquía a la capital y utilizó el clima político en contra de Juan para llamar a un sínodo en el cual Juan fue destituido de su posición como Patriarca de Constantinopla.
Este fue como la primera ronda del match en la pelea entre Alejandría y Antioquía. La segunda ronda 2 y la ronda decisiva fue el siguiente paso en la contienda entre 2 hombres; Cirilo & Nestóreo.
Cirilo era el sobrino de Teófilo y asistió a su tío en el Sínodo del Encino en el cual Juan Crisóstomo fue condenado. Cirilo aprendido bien sus lecciones y las aplico con mayor ferocidad para derribar a su oponente, Nestóreo.
Antes de proceder con estos 2, necesito retroceder un poco y aburrirlos grandemente con unos detalles técnicos.
Advertencia: Alerta a continuación, verán palabras largas, difíciles de pronunciar, y absolutamente olvidables.
Recuerden è La gran cuestión teológica en la mente de todos durante este tiempo era cómo entender a Jesús.
Bueno, lo entendemos:
Nicea à El Credo ha sido aceptada como doctrina cristiana básica.
Los Padres Capadocios nos han dado la fórmula correcta para comprender la Trinidad.
Hay 1 Dios en 3 personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ahora, a lo siguiente: Jesús es Dios y hombre. ¿Cómo funciona esto? ¿Es 2 personas o 1? ¿Tiene 1 naturaleza o 2? Y SI 2, ¿cómo se relacionan las naturalezas la una a la otra?
Un par de ideas estaban flotando para resolver el problema, pero se quedaron cortos; fueron Eutiquianismo y Apolinarismo.
Apolinar de Laodicea vivió en el 4º siglo. El fue un defensor del Credo de Nicea, decía que en Jesús el Logos divino sustituyó el alma humana. Jesús tuvo un cuerpo humano en el cual habitaba un espíritu divino. Nuestro viejo amigo Atanasio condujo el sínodo de Alejandría en el año 362 para condenar este punto de vista, pero no nombro específicamente a Apolinar. Veinte años más tarde, el Concilio de Constantinopla hizo justamente eso. Gregorio Nacianceno dio el argumento decisivo en contra del Apolinarismo diciendo, “Lo que no se asume no fue sanado” que significa, que para que la totalidad del cuerpo, alma y espíritu de una persona sean salvos, Jesucristo debió haber tomado una naturaleza humana completa.
Eutiques fue, cómo describirlo… un anciano-Anciano, un líder importante, un anciano monje en Constantinopla, que aboga por una naturaleza para Jesús. El Eutiquianismo decía que aunque en la encarnación, Jesús era Dios y hombre, su naturaleza divina totalmente había abrumado su naturaleza humana, como una gota de vinagre se pierde en el mar.
Los que mantenían la doble naturaleza de Jesús como totalmente Dios y totalmente hombre seguían al Diofisismo. Aquellos que defendían una sola naturaleza seguían al Monofisismo.
Lo que sucedió entre Cirilo y Nestóreo fue esto . . .
Nestóreo fue un anciano y encargado de un monasterio en Antioquía cuando el Emperador Teodosio II lo eligió para ser Obispo de Constantinopla en el año 428.
Ahora, lo que estoy a punto de decir algunas personas lo encontrarán difícil de digerir, pero mientras Nestóreo se asoció con el nombre de una de las principales herejías que dividio a la iglesia, probablemente no fue culpable el error del cual es acusado. Lo que Nestóreo si era culpable era de ser necio y insensato. Su historia fue típica de varios de los hombres que fueron elegidos para dirigir la iglesia de Constantinopla del 4º al 7º siglo; predicadores eficaces pero pésimos administradores y con graves carencias en tratar con la gente. Miren, si van a estar elegidos para dirigir a la Iglesia en el centro político del imperio, es mejor que sean expertos operadores políticos, así como un hombre de una moral y ética de excelencia. También una fuerte dosis de tacto debería haber sido un pre-requisito. Pero desafortunadamente los seleccionados llegaron a la capital en una campaña de limpiar casa. Y muchos de ellos parecen haber pensado que la sutileza era una herramienta del diablo.
Tan pronto como llegó Nestóreo a Constantinopla, comenzó una dura campaña en contra de los herejes, y los herejes eran cualquiera con el cual el no estaba de acuerdo. No tardo mucho en que sus enemigos lo acusaran de lo mismo que el acusaba a los demás. Pero en su caso, las acusaciones, eran nacidas de la envidia.
Donde decidieron tomar ofensa fue cuando Nestóreo rechazo el uso de la palabra “Theotókos“. La palabra significa Portador de Dios, y fue utilizado por la iglesia de Alejandría para la madre de Jesús. Mientras que los de Alejandría rechazaban el Apolinarismo, hacian hincapié en la naturaleza divina de Jesús, diciendo que sobrellevaba su naturaleza humana. El obispo de Alejandría, Cirilo, fue aun más celoso porque habían escogido a Nestóreo de Antioquia como obispo de la Capital. De la misma manera que su tío Teófilo había tomado ventaja de la desgracia de Crisóstomo para destituirlo, Cirilo planeo como destruir al cada vez más impopular Nestóreo. La batalla en torno a la palabra “Theotókos“, se convirtió en el punto de controversia, la grieta necesaria para que Cirilo quitara a Nestóreo de su posición.
A los que apoyaban la teología Alejandrina, Theotokos parecía enteramente apropiada para María. Decían que ella si Portaba a Dios cuando Jesús se encarnó en su vientre. ¡Y negarlo era negar la deidad de Cristo!
Nestóreo y sus muchos seguidores estaban preocupados que el título de “Theotokos” haría a María una diosa. Nestóreo sostuvo que María fue la madre del hombre que estaba unido con el Logos divino, y nada debe decirse que podría implicar que ella era la “Madre àde Dios”. Nestóreo prefiera el título Cristokos; María fue la Portadora de Cristo. Pero carecía de un vocabulario y la sofisticación teológica para relacionar las naturalezas humana y divina de Jesús de una manera convincente.
Cirilo, por otro lado, argumento de una manera convincente, su posición desde las Escrituras. En el año 429, Cirilo defendió el término Theotókos. Su texto clave fue Juan 1:14, “El Verbo se hizo carne”. Me encantaría lanzarme a una descripción detallada de las facetas de la discusión entre Cirilo y Nestóreo sobre la naturaleza de Cristo, pero creo que dejaría a la mayoría, incluyéndome a mi, sin entender mucho mas de lo que sabemos ahora.
Baste decir, Nestóreo mantuvo la doble naturaleza-en-una-persona de Cristo mientras que Cirilo tomo la línea tradicional de Alejandría y dijo que mientras Jesús tenia técnicamente dos naturalezas humana y divina, la divina abrumaba a la humana, de modo que efectivamente operaba como Dios en un cuerpo físico.
El punto en que este debate se calento fue sobre la cuestión de que si realmente Jesús sufrió o no en su pasión en la cruz. Nestóreo decía que el hombre Jesús sufrió, pero no su naturaleza divina, mientras que Cirilo decía que la naturaleza divina si verdaderamente sufrió.
Cuando el obispo Romano Celestino se enteró de la controversia entre Cirilo y Nestóreo, seleccionó a un hombre de la iglesia llamado Juan Casiano para responder a Nestóreo. Lo hizo en su obra titulada Sobre la Encarnación en el año 430 d.C. Casiano tomo el lado de Cirilo, pero quería traer a Nestóreo a estar en armonía con la iglesia otra vez. Dejando el deseo de Casiano de traer Nestóreo hacia su concepto de la ortodoxia, Celestino entró en una unión con Cirilo en contra de Nestóreo y la iglesia de Antioquía de donde procedía. Un Sínodo en Roma en el año 430 d.C. condeno a Nestóreo, y Celestino le pidió a Cirilo que llevara a cabo los procedimientos en contra de él.
Cirilo condenó Nestóreo en un sínodo en Alejandría y le envió un aviso con una carta de presentación listando 12 anatemas en contra de Nestóreo y cualquiera que estuviera en desacuerdo con la posición de Alejandría. Por ejemplo à “Si alguien no confiesa que Emmanuel es el verdadero Dios, y no reconoce a la Santísima Virgen como Theotokos, porque dio a luz la carne del Verbo de Dios hecho carne, que el sea anatema.”
Recibiendo la carta de Cirilo, Nestóreo humildemente renunció y se fue a una tranquila jubilación en una casa de retiro en Illyrium. à Uh, no exactamente. Siguiendo su modo normal de operar, Nestóreo ignoro el veredicto del Sínodo.
El Emperador Teodosio II llamó un consejo general a reunirse en Éfeso en el año 431. Este Consejo es a veces es llamado el Sínodo de los Ladrones porque se convirtió en una sangrienta batalla por los partidarios de Cirilo. Los obispos reunidos en Éfeso, rápidamente se dieron cuenta que el Consejo estaba más enfocado en la política que en la teología. Esto no iba a ser un debate hablando sobre textos, palabras y gramática. Iba a ser un concurso físico. Vamos a resolver las disputas doctrinales con palos en lugar de libros.
Cirilo y su pandilla de monjes egipcios armados con palos, y utilizo la palabra pandilla intencionadamente, tuvo el apoyo del obispo de Éfeso, Memnon, junto con la mayoría de los obispos de Asia. El Consejo comenzó el 22 de junio del año 431 d.C., con 153 obispos presentes. 40 más tarde dio su aprobación a sus conclusiones. Cirilo presidió sobre el evento. Nestóreo fue ordenado a asistir, pero sabía que era un asunto en su contra y se negaron a venir. Fue destituido y excomulgado. Éfeso se regocijó.
El 26 de junio, Juan, obispo de Antioquía, junto con los obispos de Siria, que se habían retrasado, finalmente llegaron. Juan celebró un consejo rival compuesta de 43 obispos y representantes del emperador. Declaro a Cirilo & Memnon destituidos. Nuevas sesiones de consejos rivales añadieron al número de excomuniones.
Un reporte le llegó al Emperador Teodosio II, y los representantes de ambos lados trajeron su caso ante el. El primer instinto de Teodosio era confirmar las sentencias de Cirilo, Memnon, y Nestóreo. Mejor deshacerse de todos ellos y los problemas que habían causado. Pero un espléndido regalo de Cirilo persuadió al Emperador a disolver el Consejo y enviar a Nestóreo al exilio. Un nuevo obispo de Constantinopla fue consagrado. Cirilo regresó en triunfo a Alejandría.
Desde una perspectiva histórica, es lo que sucedió DESPUES del concilio de Éfeso, que fue mucho más importante. Juan de Antioquía envió a un representante a Alejandría con un credo que incluía las dos posiciones en un punto medio. Esto afirmó la dualidad de naturalezas, en contraste con la formulación de Cirilo, pero aceptó la Theotokos, a diferencia de Nestóreo. Este punto mediador anticipo decisiones que fueron alcanzadas en el próximo Consejo general de la iglesia en Calcedonia.
Cirilo estuvo de acuerdo con el credo y la reunificación de las iglesias tomo lugar en el año 433. Desde entonces, los historiadores se han preguntado si Cirilo era un gran líder al aceptar el credo mediador o simplemente acepto cínicamente porque él había logrado su propósito real; al deshacerse de Nestóreo. De cualquier manera, el verdadero perdedor fue Nestóreo. Teodosio mando quemar sus libros, y muchos de los que habían estado de acuerdo con la teología de Nestóreo retiraron su apoyo.
Aquellos que representaban su énfasis teológico siguieron llevando a cabo su trabajo en el este de Siria, convirtiéndose en lo que la historia llama a la Iglesia Oriental, un movimiento del evangelio que pronto veremos, alcanzó hasta el Océano Pacífico.
Mientras estaba en el exilio, Nestóreo escribió un libro en el que exponia la historia de su vida y defendía su posición. Comentarios modernos de Nestóreo encuentran que fue mas cismático en temperamento que un hereje. Él negaba la herejía de la cual estaba acusado, que el humano Jesús y el divino Cristo eran 2 personas diferentes.
Veinte años después del concilio de Éfeso, que muchos consideran un grave error, otro fue llamado en Calcedonia. Las enseñanzas de Nestóreo fueron declaradas herejías y fue oficialmente destituido. Aunque ya estaba en el exilio, fue desterrado ahora por un acto de la Iglesia en lugar del Emperador. En uno de esos datos curiosos de la historia, aunque lo que Nestóreo enseñaba acerca de Cristo fue rechazado, resultó ser la posición adoptada por el Credo que salió del Concilio de Calcedonia. Cuando le llegó a Nestóreo en el exilio la noticia de la conclusión del Consejo el dijo que solo habían ratificado lo que él siempre había creído y enseñado.
Hay mucho que aprender de esta historia de conflicto y resolución.
En primer lugar, muchas de las doctrinas que damos por sentado como parte integral de la fe cristiana ortodoxa, surgieron a través una gran lucha y muchos debates de algunas de las mentes más brillantes que la historia ha conocido. A veces, esas ideas eran populares y las seguían porque eran convenientes. Pero la política no puede sostener una idea falsa. Siempre hay fieles, hombres y mujeres que aman la verdad, porque es verdad, y no porque les va a ganar poder, influencia o ventaja. Pueden sufrir a manos de los corruptos por una temporada, pero siempre prevaleciendo al final.
Deberíamos estar agradecidos, no sólo con Dios por darnos la verdad en su Palabra y el Espíritu para comprenderla, pero también por las personas que estaban dispuestas a un gran costo para ellos mismos pasar peligros para asegurarse que la verdad prevaleciera sobre el error.
Segundo, muchas veces, la gente mira hacia atrás a la “Iglesia Primitiva” y asume que fue un tiempo maravilloso de dulce armonía. La vida era sencilla, todos estaban de acuerdo y nunca nadie se peleaba. ¡No fue así!
¿No han leído la Biblia? Los discípulos siempre estaban discutiendo sobre quién era el mayor. Pablo y Bernabé tuvieron una separación por causa de Juan Marcos. Pablo tuvo que ponerse en la cara de Pedro cuando empezó a actuar como hipócrita.
Sí, claro, en el libro de Hechos leemos acerca de un breve periodo de tiempo cuando el amor de la congregación era tan extraordinario que sacudió a la ciudad de Jerusalén hasta lo mas profundo y resulto en muchos viniendo a la fe. Pero eso fue sólo un breve momento que pronto paso.
Dios quiere que su pueblo este en unidad. La verdadera unidad, en la verdad del Evangelio, es una potente y increíble prueba de nuestra fe. Pero la idea de que la Iglesia primitiva era una Edad de Oro de la unidad es una ficción. El libro de Philip Jenkins sobre la batalla sobre la Cristología del 4º y 5º siglo. es titulado, Las Guerras sobre Jesús.
La Iglesia en su totalidad tendría un enfoque mejor hoy en día, en la búsqueda de la unidad. Con cada congregación local centrando sus esfuerzos en amar y servirse los unos a los otros a través del poder del Espíritu. Es inevitable si se destacaban en hacerlo, empezarían a ver a todas las iglesias y los creyentes de la misma manera, y la unidad sería real en lugar de ser un programa con una fecha de inicio y final o una campaña basada en personalidades y publicidad.
Oye, ahora que lo pienso, eso es lo que COMENZO ese breve momento glorioso de armonía en Jerusalén entre los seguidores de Jesús, que se amaron y sirvieron los unos a los otros en el poder del Espíritu. Nos vemos la próxima vez.